Hamás da luz verde a la propuesta de liberación de rehenes tras negociaciones en París

Hamás ha mostrado señales positivas respecto a la propuesta de liberar rehenes a cambio de una pausa en la ofensiva israelí en Gaza, según informó Catar, quien actuó como mediador en las conversaciones.

El portavoz del Ministerio de Exteriores de Catar, Majed al Ansari, anunció desde Washington que la reunión en París logró consolidar una propuesta que recibió la aprobación inicial de Hamás, marcando un hito tras dos meses de negociaciones.

Aunque aún se deben ajustar algunos detalles, Al Ansari expresó optimismo, destacando que es la primera vez en dos meses que ambas partes coinciden en las premisas fundamentales de las negociaciones.

En el camino hacia un acuerdo de tregua en Oriente Medio, Al Ansari reconoció que aún hay obstáculos por superar y la situación es fluida, pero mostró confianza en la posibilidad de recibir buenas noticias en las próximas semanas.

El lunes, los líderes de inteligencia de Israel, EE.UU. y Egipto, junto al primer ministro de Catar, acordaron una propuesta para una nueva tregua e intercambio de rehenes por presos palestinos, la cual fue trasladada a Hamás.

En caso de concretarse el acuerdo, sería la segunda tregua, sucediendo a la pactada entre Israel y Hamás en noviembre, que permitió el canje de 105 rehenes por la liberación de 240 presos palestinos.

Fuentes cercanas a la negociación revelan que el borrador contempla diversas etapas, como la liberación de 35 civiles en manos de Hamás a cambio de un cese de las operaciones israelíes en Gaza por 45 días, y el intercambio de unos 100 presos palestinos por cada rehén liberado.

La segunda etapa incluiría la liberación de mujeres y hombres soldados, y la última fase abordaría el traslado de los restos de los rehenes fallecidos durante su cautiverio.

Ismail Haniyeh, líder de Hamás, indicó el martes que están evaluando la propuesta y darán una respuesta pronto, insistiendo en la completa retirada de las tropas israelíes de la Franja de Gaza.

A pesar de la presión creciente de las familias de los secuestrados, el Gobierno israelí no parece dispuesto a poner fin a la guerra, resistiendo las demandas de negociar a cualquier precio para la liberación de los 132 rehenes restantes, de los cuales se estima que 28 podrían haber fallecido.